Dicotomía psicológica - Psicolink

Dicotomía psicológica

Dicotomía psicológica

Ser consciente de que es la construcción mental la que principalmente define cómo nos sentimos es clave para aprender a identificarlos y sobre todo analizar o reinterpretarlos. ¿Habías escuchado alguna vez hablar de la dicotomía psicológica? Se trata de una manera específica de interpretar el mundo y sus acontecimientos caracterizada por basarse sobre todo en pensamientos del tipo si/no blanco/negro bueno/malo.

Síntomas de la dicotomía psicológica

A continuación, te proponemos algunos ejemplos frecuentes.  ¿Te sientes identificado/a con alguno de ellos? 

1.Pensamiento polarizado 

Se tiende a percibir las cosas de forma extremista, sin términos medios. Son buenos o malos, blancos o negros. No existe término medio. 

2.Sobregeneralización

Se extrae una conclusión general de un simple incidente o parte de la evidencia. Si ocurre algo malo en alguna ocasión esperara que ocurra una y otra vez. 

3. Interpretación del pensamiento 

Se hacen interpretaciones sobre cómo se sienten los demás y qué les motiva a ello. También implica hacer interpretaciones de cómo reacciona la gente ante las cosas que le rodean y ante nuestra propia actuación. Las interpretaciones dependen de un proceso llamado proyección. La persona imagina que la gente siente y reacciona a los pensamientos de la misma forma que ella. 

4. Culpabilidad 

La persona mantiene que los demás son los responsables de su sufrimiento, o toma el punto de vista opuesto y se culpa a si misma de todos los problemas ajenos. 

5. Los debería

La persona tiene una serie de normas rígidas de cómo deberían actuar tanto ella como los demás. Las personas que no siguen estas reglas le enojan y también se siente culpable cuando las viola él mismo. 

Este estilo de pensamiento es más común de lo que parece. La mayoría de nosotr/as podemos identificar algunos de los ejemplos que te hemos mostrado y no significa ni mucho menos que esto tenga que ser problemático. En ese sentido, es la frecuencia la que marca la diferencia en cuanto a cómo influye en nuestro estado de ánimo. Algunos consejos que pueden serte útiles son: 

– Anotar qué es lo que se te pasa por la cabeza en estos momentos y simplemente observarlos sin juicio. Muchas veces son los juicios asociados los que nos generan gran malestar. Aprender a tomar algo de distancia con lo que piensas puede servirte de ayuda a la hora de encontrar otras alternativas. 

– Reflexionar sobre qué es lo peor que podría pasar ¿Es realmente tan catastrófico? 

– ¿Qué le dirías a un/a amigo/a? Muchas veces cuando pensamos en qué le diríamos a un ser querido aflora una versión más amable que podemos practicar aplicar a nosotros/as mismo/as

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