Las mentiras pueden aparecer en nuestro día a día de manera más frecuente de la que creemos. Algunas personas suelen sobreponer sus intereses sobre lo que son comportamientos moralmente correctos, o sobre otras personas a su alrededor en general. Estas personas usan las mentiras como medio para llegar a lograr sus objetivos a toda costa, por este motivo, es necesario saber cómo identificar cuando alguien nos está mintiendo.
La mentira es la intención deliberada de engaño. La diferencia entre transmitir la información de manera errónea y el hecho de mentir en sí es el objetivo, que es engañar al otro.
Aquí te dejamos tres tipos de mentirosos que te ayudarán a identificar si alguien te está mintiendo y no pasarlo por alto:
1) Mentirosos ocasionales: Aquellas personas que usan mentiras para obtener placer o evitar un dolor. Este tipo de mentiras son más comunes y no tienen un fin tan elaborado. Algunos ejemplos: “Llegue tarde por culpa del tráfico”, “mi abuela se enfermó y por eso no pude asistir”
2) Mentiroso manipulador: Personas que tienen la habilidad de manipular (característica de la psicopatía), es decir, mentir, engañar o distorsionar con el objetivo de obtener poder o algún beneficio relacionado con el poder. No presentan culpabilidad o angustia a la hora de mentir o ser descubiertos, se enfocan más en perfeccionar su técnica para engañar.
¿Cómo funciona? El manipulador nos da algo a) que para nosotros e puede ser valioso (afecto, cumplidos, promesas) para conseguir b) dinero, tiempo, ser usados por él o ella
3) El mitómano: Aquel que construye un mundo paralelo, ya que su presente lo estresa o lo angustia. Esta persona construye su presente en función de mentiras que él mismo cree fervientemente.
La mentira de por sí es algo tóxico, algo que no sirve. No existe ningún tipo de vínculo, ni de pareja, ni de amistad, de ningún tipo en general, basado en el engaño. La mentira es algo que no sirve y que además atrae a otros mentirosos. Mentir supone un esfuerzo y un desgaste exagerado o desmedido sencillamente no vale la pena experimentar, esto debido a que se necesitan más mentiras para sostener la mentira inicial o las mentiras anteriores; por ende, el decir una mentira tiene un efecto de bola de nieve.
La verdad es nuestro mayor aliado a la hora de crear y fortalecer los vínculos. Nos libera de carga interior que podría ser el cargo de consciencia que nos supone decir una mentira. Nos permite mantener una relación “humana” por así decirlo, ya que en el momento que mentimos por algún objetivo personal, estamos utilizando a las otras personas como objetos, y un vínculo, es imposible de establecer de esta manera.
Como dice Bernardo Stamateas: “La verdad, son los ladrillos con los que construimos los vínculos, mientras que las mentiras lastiman la confianza y la confianza es el pegamento afectivo de cualquier vínculo. Tarda años en construirse y minutos en derrumbarse”.