Pues sí, ya se ha terminado el verano y con ello empezamos un nuevo curso, el verdadero “Año Nuevo” para muchas personas. Volvemos a nuestras rutinas y comenzamos con los propósitos para este nuevo curso. Pero, ¿nos hemos planteado realmente qué pasos serían los correctos para mejorar nuestro comienzo de curso? ¿Realmente perder esos kilogramos de más y aprender idiomas es lo más importante ahora?
Hoy proponemos una manera de mirar nuestra vida con perspectiva y así poder plantearnos objetivos que nos ayuden a plantearnos NUESTROS objetivos, NUESTRAS mejoras, y no aquellas que nos planteamos porque “es lo que toca”. ¿No creéis que a veces es más importante dedicar algo de tiempo a ese amigo que nos necesita que quemar 200 kcal? Aquí van nuestros tips:
- Tener presente todas las áreas de nuestra vida. Muchas veces nos centramos tanto en una que perdemos la vista las otras.
- Evaluar la importancia que tiene cada una para nosotros. De esta manera nos podremos plantear en qué estamos fallando y qué estamos haciendo bien en cada una de ellas. No tenemos por qué darle importancia a todas ellas; ante todo, esto es completamente personal.
- Plantear propósitos PEQUEÑOS Y REALISTAS. Por un lado, nuestro tiempo y energía es limitado; y por otro, no podemos cambiar todo de un día para otro. Se trata de disfrutar las cosas que hacemos, los cambios que hacemos y que nos ayuden a que nuestra vida sea mejor. No se trata de aumentar nuestros niveles de estrés porque no llegamos a nada.
- Plantear propósitos CONTRETOS. ¿Cuándo vas a leer ese libro que tienes pendiente? ¿Cuándo vas a llamar a tu familia? ¿Cuándo vas a descansar? Cuanto más concreto, más fácil será cumplir con nuestros propósitos.
Cada cambio supone también una pérdida. Cada propósito que realicemos conlleva un tiempo que antes dedicábamos a otras cosas. Pasar más tiempo con mi familia, a lo mejor supone quitar tiempo a estar con mi pareja o mis amigos.