¿Quién no ha querido mandar a «freír espárragos» en algún momento a esa persona que duerme bajo su mismo techo?
Toda convivencia exige estar dispuesto a ceder espacios y aprender a estar con el otro, porque se puede estar muy motivado e ilusionado, pero las emociones, cuanto más intensas menos racionales, por lo que éstas pueden ser uno de los grandes obstáculo para resolver los conflictos que puedan surgir.
Además, ¿quién no tiene de vez en cuando días en los que prima la ansiedad o la irritabilidad? desde luego en ésta época, al menos, son plena tendencia. Y además, ¿Quién no echa de menos tomar una caña con unos amigos para poder comentar esos roces de la convivencia? El ser humano es un ser social sin ninguna duda, pero también un ser que precisa de momentos de intimidad y privacidad, los cuales se han visto drásticamente reducidos para muchos al convivir en confinamiento.
Es por ello que cuando dos o más personas deciden, o no les queda más remedio que convivir, es necesario fijar una serie de pautas y “reglas”. La excusa de “no quiero crear mal rollo desde el principio” o “no quiero parecer demasiado maniático, a la larga te acabará pasando factura. Así que, de una manera asertiva y tranquila, es necesario dialogar, compartir los intereses y dividir los deberes de cada uno de los miembros de nuestro hogar. Créenos cuando te decimos que en muy pocos casos da buen resultado dejar una casa sin timón ni organización haciendo cada uno lo que le parece según sus costumbres, porque toda convivencia exige compartir no sólo un espacio común, sino todas las tareas que se requieren en el ámbito donde vive.
¿Cómo puedo evitar que la convivencia destruya la buena relación que mantengo con mi/s compañero/s? A continuación te regalamos 3 ESTRATEGIAS QUE NO DEBES DUDAR EN PRACTICAR si quieres que tu vivienda, sea siempre un lugar en el que prime la armonía.
- En primer lugar, reúnete con todos y exponed vuestros deseos y prioridades para hacer de vuestra casa, un hogar acogedor. Y no me refiero a la decoración, sino a las normas de la vivienda; tareas domésticas, reparto de responsabilidades, invitados, las “manías” que tiene cada uno, el tiempo libre o espacio individual que cada uno necesitará, etc. Cuanta más comunicación y pactos previos se realicen más fácil es prevenir conflictos futuros. Te aconsejamos que detalléis, por ejemplo: “cuántas veces os gustaría que se limpien las zonas comunes”, “en qué franjas horarias está permitido el ruido y en cuáles no”, o “si está permitido dejar los cubiertos sucios en el fregadero al terminar de comer”. Quizá puedan parecerte nimiedades sin importancia al principio, pero todo ello se puede ir acumulando, al igual que la cantidad de platos en el fregadero… Así que, ¿qué pierdes?
- En segundo lugar, recuerda que quedarte callado ante una circunstancia adversa es peor que discutir, porque la mente no olvida los desencuentros o los disgustos y va amontonando energía hasta que una catarata de insultos y reproches explota por una nimiedad. No obstante, esto no implica decir lo que te molesta de malas formas y quedarte tan ancho, sino que has de procurar respetar los turnos de palabra, tener en cuenta las opiniones de todos, y que la toma de decisiones siempre sea de manera consensuada. ¡Truco! si puedes ofrecer alternativas o peticiones de cambio concretas de una manera comprensiva y asertiva, el otro estará mucho más predispuesto a tenerlas en cuenta. Además, cuidado con la urgencia en la resolución de los conflictos. No es necesario resolver todas las diferencias hoy, podemos seguir con la conversación mañana, cuando estemos más calmados y hayamos podido reflexionar sobre ello.
- En tercer lugar, ten en cuenta que todos pasamos por diferentes épocas. Por lo que es probable que haya días en los que tu/s compañero/s les apetezca más estar solos, o quizá no quieran hablar durante la comida. Se trata de una adaptación mutua y de potenciar y desarrollar el ejercicio de la comprensión, paciencia y tolerancia. Es por esto que te proponemos que siempre existan momentos del día para el disfrute personal, ya que así no dependerás su disponibilidad para hacer actividades siempre conjuntas en base al estado de ánimo de tu compi. Además, intenta mantener siempre el sentido de humor, es clave para mantener una actitud positiva.
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