Una parte fundamental en las relaciones de pareja es la comunicación. La manera en la que decimos lo que sentimos y cómo nos expresamos con nuestra pareja influye en la forma en la que nos percibe y en la estabilidad global de la relación. Hay cuatro actitudes que te pueden llevar a discutir con tu pareja:
-La crítica: Expresar actitudes que no gustan de la pareja con poca asertividad desde una posición altiva e intentar minusvalorar sus acciones puede desencadenar discusiones que posteriormente afectarán a la relación.
-Cerrarse en banda: A veces nos focalizamos tanto en imponer nuestro punto de vista que olvidamos el de los otros, y esto puede originar malentendidos.
-Actitud defensiva: No todo tiene que convertirse en un conflicto, pero cuando nos sentimos inseguros o nos habituamos a discutir con alguien, algunas interacciones posteriores pueden partir de una actitud pasivo-agresiva que desgasta la relación si se sostiene en el tiempo.
-Desprecio: Si las discusiones se mantienen, si nos sentimos atacados constantemente, si percibimos que no nos valoran… esto puede generar desprecio hacia nuestra pareja y otras emociones hostiles.
Sin embargo, podemos sustituir las actitudes dichas anteriormente por las siguientes ideas:
- Demuestra interés en el otro: No importa el tipo de discusión o inconveniente que haya, tienes que dejar que el otro pueda expresar su punto de vista y sus necesidades.
- Centrarse en el tema: El gran inconveniente es no centrarse en el problema que hay en la actualidad.
- Implicarse en el problema: Si ambos miembros de la pareja se implican en el problema que tienen, como consecuencia se va a aprender a sintonizar con lo que le está sucediendo al otro.
- Expresar los sentimientos y necesidades: Es aquí en donde debe de aparecer la comunicación eficiente, donde es necesario que se apliquen todos sus principios y se le pueda decir al otro lo que necesita para sentirse bien en la relación o para sentirse bien como persona.