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ESPECIAL SAN VALENTÍN: Los mitos del amor romántico

Larisa Simona

Amor romántico… suena bien, ¿verdad?, pero, ¿qué es exactamente el amor romántico? Desde PsicoLink queremos abordar la definición del amor romántico y acercar a nuestros lectores algunos de los mitos que giran alrededor de esta idea del amor. Historias con final feliz, amores eternos, deseo de amar y ser amado hasta el infinito, medias naranjas y así un largo etcétera de ideas. 

¿Qué es el amor romántico?

Cuando hablamos de amor, todos pensamos en un sentimiento asociado al cariño, afecto, respeto, empatía, etc. pero, ¿cómo debemos vivir, sentir o expresar este sentimiento? El amor romántico trata de transmitir la idea de cómo debe ser ese amor. En multitud de películas, canciones, anuncios, etc. se transmite la idea del amor romántico. 

El psicólogo Walter Riso define el amor romántico como “aquel amor que se fundamenta en lo que podríamos llamar una filosofía “omni”, la cual considera que el amor en general y el amor de pareja en particular son: omnipresentes (ocupan todo el ser), omnipotentes (todo lo pueden) y omnisapientes (fuentes de sabiduría infinita). En resumidas cuentas si estás enamorado, estás hecho: pleno, poderoso y sabio”. 

En pocas palabras, el amor romántico es un constructo cultural que impone a las personas la idea de cómo debe ser el amor. 

De estas características surgen falsos mitos del amor romántico que aún en la actualidad persisten arraigados en nuestra sociedad.

Mitos del amor romántico

Por “mito” podemos entender una preconcepción de ideas que, referidas al amor romántico, muestran una especie de verdades compartidas. 

Existe un amplio abanico acerca de los mitos del amor romántico que sintetizamos a continuación:

Mito de la media naranja:

Se basa en la creencia de contemplar a las personas como partes incompletas que necesitan encontrar aquella otra mitad que les complete formando así una unidad perfecta. Es decir, la idea de que existe alguien en el mundo que es nuestra alma gemela y que ambos estamos predestinados. Su aceptación puede llevar al riesgo de decepcionarse de la “pareja elegida” o, por el contrario, pensar que, al ser la que está predestinada, debemos “aceptar” lo que no nos agrada. 

Mito de la fidelidad y la exclusividad:

Basado en la imposibilidad de enamorarse de dos personas al mismo tiempo. Se entiende que el amor implica fidelidad y exclusividad, es decir, que si sientes atracción física por otra persona diferente a tu pareja estás siendo una mala persona. 

Mito de los celos:

una creencia que relaciona los celos con el verdadero amor e incluso como ingrediente imprescindible. Este mito puede conducir a comportamientos egoístas, represivos e incluso violentos y constituye un verdadero problema en relación con la violencia de género, pues remite al terreno amoroso algo que no es más que una forma de dominio y poder. 

Mito de la omnipotencia:

Entiende que el amor es suficiente para hacer frente a los distintos obstáculos de la relación, es decir, la famosa frase de “el amor todo lo puede”. Suele ser usado como excusa para evitar modificar comportamientos o actitudes. 

Mito del matrimonio:

idea que relaciona el amor con una unión estable cuya base es la convivencia. Además de ello la construcción de una familia como ingrediente fundamental en la vida para ser feliz. 

Mito de la pasión eterna o de la perdurabilidad:

una creencia que sostiene que la pasión amorosa del principio debe durar para siempre en la relación. Diferentes investigaciones indican que el enamoramiento dentro de la relación se va ajustando con el tiempo, dando lugar a otras formas pasionales, otras formas de pasión que se van produciendo en la relación conforme se va desarrollando. 

Los polos opuestos se atraen:

se sostiene en la idea de que las diferencias unen. Normalmente esto ocurre cuando se mantiene una dinámica muy negativa en la relación, ya que existen más diferencias que similitudes.  

El amor verdadero lo perdona/aguanta todo:

encontramos esta idea de que en el amor todo es perdonable, un argumento basado en el chantaje que pretende manipular la voluntad de la persona imponiéndole los criterios propios. Se refleja mucho en frases como “si me amaras de verdad lo harías”, “si no me perdonas es porque no me quieres de verdad”, etc.

Solo hay un amor verdadero en la vida:

se basa en la consideración de que solo se ama de verdad una vez en la vida y, por tanto, si dentro de esa relación hay aspectos que me hacen daño, tengo que hacer todo lo posible para saltearlos, ya que “como la primera vez, ninguna” o “el tren solo pasa una vez en la vida”.  

Creer que cuando se ama de verdad el otro debe ser lo fundamental: esta idea sitúa en un lugar secundario y, por tanto, prescindible a todo aquello que no sea la pareja, como las amistades, los hobbies, la familia, etc. 

¿Qué podemos hacer entonces?

Es imprescindible que a través de la cultura y la sociedad se generen modelos más sanos, que reflejen relaciones de pareja que no fomenten los estereotipos de género ni refuercen los mitos del amor romántico.

Ello se puede conseguir creando nuevas historias con nuevos referentes, que incluyan la representación de diferentes colectivos, así como nuevos modelos que reflejen relaciones más equitativas en las que el amor no sea algo idealizado y deformado, sino un sentimiento positivo compartido y disfrutado, que no genere sufrimiento y violencia y que nos permita ser un poco más felices. 

También es de ayuda que se muestren otros tipos de amor, es decir, amor a los amigos, a la familia, a uno mismo, etc. que también son fundamentales para el desarrollo personal. 

Construyendo nuevas formas de ver y entender el amor se podrán desarrollar relaciones más positivas para así crear uniones más fuertes y sanas. 

¿Qué te ha parecido este post? ¿Se te ocurren otros mitos del amor romántico que no estén contemplados? Háznoslo saber en los comentarios, nos encantará leer tu opinión.

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