Parece que el mundo poco a poco sale de este estado de pausa y confinamiento y se prepara para salir, a través de las distintas y famosas fases en dirección a “la nueva normalidad”. Esta situación genera en muchos sentimientos encontrados, por un lado, surgen esperanza e ilusión, por fin vemos más cerca el momento de abrazar a amigos, compañeros y familiares. Pero, al mismo tiempo, cuando pensamos en esa reincorporación a la vida, son pocos los que escapan de sentimientos de temor, angustia, incertidumbre o culpabilidad. Esta incongruencia del quiero/no quiero salir es completamente normal y lo más probable es que debamos convivir con ella durante un tiempo.
Durante meses nos han advertido del peligro del virus, hemos visto como día a día se ha llevado a cientos de personas, como desconocemos su cura e incluso aún muchos de sus efectos. Nos hemos encerrado en casa y nos hemo sentido seguros y a salvo. El confinamiento ha sido nuestra única form a de combatir y evitar el contagio y el agravio de esta pandemia. Ahora, y sin apenas soluciones alternativas y garantías, nos animan a salir a la calle, a retomar nuestras vidas, a volver al trabajo… Y sí, son infinitas las ganas de abrazar a un amigo, pero a la vez, es inevitable sentir miedo a contagiarse, o pero de contagiar. Wooooow, vale stop. SÍ, sin duda esta es una situación extremadamente difícil y este dichoso virus ha puesto a prueba no solo nuestra salud física sino también emocional. Pero no nos pongamos tan extremistas, se puede estar fuera de casa y salvo, se puede abrazar sin riesgo.
¿Quieres volver al trabajo sin esa incoherencia? ¿Quieres ver a tu familia sin miedo y culpa?¿Quieres sentirte a salvo fuera de casa?
Entonces deberías conocer estas 6 Claves:
- Keep calm and carry on:
Mantener la calma te permitirá vivir tus días con la serenidad suficiente para poder leer el contexto en el que nos movemos, identificar el camino correcto y poder tomar las decisiones correctas sin improvisar y con la mirada puesta en el horizonte.
- No te creas todo lo que piensas:
La mente puede ser nuestra mejor aliada, pero también puede ser nuestra peor pesadilla. Hay que conseguir situarse por encima de las preocupaciones para no ceder a los engaños de la mente, que nos confunden y neutralizan.
- No pongas el piloto automático:
Desarrollar tu conciencia te permitirá bajar el volumen de ese ruido mental y estar más presente en el mundo “real”. El tener “más conciencia” te permitirá ser más perceptivo, podrás pillarte justo antes de rascarte la nariz, el ojo, morderte esa pielecilla tan molesta del dedo. Podrás sentirte corporalmente, detectar señales de si tienes o no el virus sin tests aunque seas de los asintomáticos. Pon conciencia, ojo con poner el piloto automático.
- Las decisiones más pequeñas son las que cambian tu vida.
Siempre es así, pero ahora más que nunca debemos tener muy en cuenta la importancia de la toma de decisiones, no solo en momentos puntuales, si no en el devenir de la la vida cotidiana. Recae en ti el poder de decidir si me pongo la mascarilla al salir de casa, si me lavo las manos correctamente, si tomo las medidas que se que me protegen de un posible contagio.
- La felicidad solo puede existir en la aceptación.
La situación es la que es, y es real. Negarlo o evitarlo no nos protege, al contrario, nos pone en riesgo y nos hace más vulnerables. Solo si lo aceptamos podremos combatirlo.
Pon en marcha tu lado más “humano”, es crucial mostrar respeto, primero por uno mismo y en consecuencia hacia los demás. Respeta el espacio, las distancias, los horarios, tus ritmos… El respeto nos lleva a la confianza.
El estar en casa ya no es la única forma de escapar de las manos del virus. Con sentido común y la puesta en práctica de una vida con calma, perspectiva, conciencia, toma decisiones responsables, aceptación y respeto podrás ir al trabajo seguro, podrás abrazar a tus compañeros, amigos y familiares, podrás acabar con esta pandemia.
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