En la década de los 50, unos años más tarde que la terapia de pareja, se desarrolla en los Estados Unidos la terapia familiar. Surge de la necesidad tener en cuenta el entorno familiar del paciente, de manera que se elimina el tratamiento aislado, percibiendo al individuo como un sistema que forma parte de un sistema más amplio, la familia.
Las funciones básicas de la familia están enmarcadas en la comunicación, la afectividad, el apoyo, la autonomía y la concertación de reglas y normas de convivencia. En muchas ocasiones, las interacciones y las relaciones entre los miembros se vuelven disfuncionales y se producen patrones de conducta que forman un círculo vicioso complicando la relación familiar.
Otras veces, la familia no tiene la capacidad suficiente de adaptarse a cambios y transformaciones, especialmente cuando surgen obstáculos como enfermedades, problemas económicos, pérdida de un familiar, o problemas escolares.
La mayoría de veces, existe en la familia, un patrón comunicacional que indica que algo falla entre los elementos del sistema. Es importante detectar cualquier mínima señal que indique la existencia de una familia disfuncional y acudir a un psicólogo familiar que haga una redefinición positiva del síntoma y modifique los patrones de comportamiento y comunicación hacia un entorno saludable.
¿Qué es la terapia familiar?
La psicoterapia familiar consiste en un método especial centrado en tratar los desórdenes familiares, utilizando el grupo natural, primario, la familia. Se entiende la familia como un sistema en el que el todo es más importante que las partes. Las partes interaccionan entre sí y cuando una parte cambia, se cambia todo el sistema. Por tanto, el ámbito de intervención es toda la unidad familiar y no el individuo aislado.
Decimos que una familia es disfuncional cuando no funciona adecuadamente. Así, la finalidad de la terapia es transformar una familia disfuncional en una familia sana. El principal objetivo de la terapia familiar es restablecer el equilibrio de la familia cuando existen conflictos, problemas de comunicación o tensión. La terapia familiar contribuye a cambiar patrones de comunicación y reconducir aquellas conductas disfuncionales, de tal manera que la familia consigue restablecer la convivencia y la manera de relacionarse.
Las consultas de terapia familiar son realizadas con presencia de todas las personas involucradas, pero hay veces que resulta útil intervenir en las emociones, comportamientos y maneras de pensar de cada miembro de la familia y tratar al paciente individualmente. En este caso la ayuda está orientada sobre las relaciones, y en tratar aquellos problemas del individuo que afectan en la convivencia familiar.
¿Cuándo se considera que una familia es disfuncional?
Es posible que puedan existir problemas o conflictos en la familia que afecten su calidad de vida, o no tienen la capacidad de adaptarse a cambios y transformaciones, especialmente cuando surgen obstáculos como enfermedades, problemas económicos, pérdida de un familiar, o problemas escolares.
Cuando alguno o varios miembros de la familia sienten un malestar o sufrimiento y las soluciones habituales no han tenido éxito, lo más recomendable es acudir a un profesional que te pueda orientar en el manejo de estas dificultades y ayude a superar los obstáculos.
Cualquier problema surgido en el ámbito familiar puede requerir de terapia familiar, por ello lo más recomendable es que la familia no espere a que el problema se agrave y aprenda a detectar cuando el entorno familiar funcional y sano se está deteriorando. De esta manera será más fácil eliminar aquellos problemas que provocan un malestar.
Hay señales específicas que indican que puedes necesitar la ayuda de un psicólogo profesional:
- La comunicación y la convivencia de la familia es insatisfactoria.
- Discrepancias en el modelo de crianza.
- Problemas de conducta en niños y adolescentes.
- Adicciones o problemas psicológicos de un miembro de la familia que afecta a la armonía en el hogar.
- Cambios en la estructura familiar, como la separación de los padres o la pérdida de algún miembro importante de la familia.
- Rivalidad o conflictos entre hermanos.
- Excesiva sobreprotección de los padres.
- Dificultades a la hora de poner límites, reglas y llegar a acuerdos en la familia.
- Conflictos externos, como los problemas escolares en el ámbito académico o acoso escolar.
De que se encarga en el psicólogo familiar
El psicólogo familiar se encarga de estudiar las dinámicas de la convivencia familiar. Tratará de que los miembros de la familia modifiquen la manera en que interactúan para corregir esas desviaciones que están causando un desequilibrio familiar.
Para ello, hará una evaluación a toda la unidad familiar en su conjunto, escuchando las demandas de todos los miembros. Esta evaluación, consiste en explorar los roles familiares, las reglas y normas para identificar las fortalezas y debilidades de la familia. En esta etapa, el psicólogo evalúa la interacción de los miembros, capacidad de la familia para enfrentar problemas, así como la manera en que tratan de resolverlos y cómo gestionan las emociones.
Tras la evaluación y la escucha, el profesional implementará las técnicas necesarias mediante sesiones de terapia, en las que facilitará y orientará, teniendo siempre presente, una visión sistémica del grupo familiar. Su misión consiste en enseñar a la familia, las herramientas necesarias para afrontar las situaciones y aprender a manejarlas. Lo más común, es fijar metas a nivel individual y familiar para que toda la familia trabaje conjuntamente para alcanzarlas.
En este proceso el terapeuta también se sirve de la técnica de la redefinición positiva del síntoma para tratar de que los miembros de la familia interpreten los hechos de una forma diferente a la que lo hacen.
¿Qué beneficios aporta un psicólogo familiar?
La terapia de familia ayuda a que la conducta disruptiva, problemática o sintomatología de algún miembro pueda ser abordada como un problema que revela la dificultad del sistema ante una situación de crisis de la que no se dan cuenta.
- Mejoran la comunicación y la expresión emocional de los diferentes miembros de la familia para que la relación sea sana y el ambiente más agradable.
- Ayuda a los miembros a expresar sus pensamientos y emociones de forma abierta y honesta.
- Acompaña y apoya a la familia cuando está pasando por un acontecimiento estresante.
- Aporta herramientas y estrategias necesarias para lidiar con problemas y resolver conflictos de manera eficaz.
- Fortalece la unidad familiar, convirtiéndola en una fuente de apoyo emocional y comprensión entre los miembros.
- Potencia el entorno familiar, ayudando a comprender de manera clara el funcionamiento familiar.
- Desarrolla la capacidad para establecer límites claros y saber hasta dónde puede llegar cada miembro.
- Potencia un balance entre la individualidad de los miembros y a desarrollar el sentido de pertenencia a la familia.
¿Necesitas un psicólogo profesional?
La patología no es exclusiva del individuo sino que es un problema de la interacción familiar, por eso nos centramos en las relaciones familiares para mejorar el ambiente familiar, eliminando los problemas que provocan tensión y malestar.
Si tu familia se encuentra en una situación difícil, nuestros psicólogos familiares proporcionan un lugar seguro donde poder poner en marcha nuevas estrategias de interacción y comunicación. Podrán ayudarte en caso de trastornos de alimentación, abuso de sustancias, enfermedades mentales, abusos sexuales o trastornos obsesivos compulsivos entre otros.