El condicionamiento respondiente, se conoce también como condicionamiento clásico o pavloviano. Se entiende como un fenómeno de aprendizaje, fue descubierto por Pavlov en sus experimento con perros. Este trató de emparejar un estímulo incondicionado que produce una respuesta incondicionada, con un estímulo condicionado. Después de varios ensayos y repeticiones, el estímulo condicionado logra producir una respuesta condicionada por sí mismo, habiendo asociado ambos estímulos.
En concreto, este filósofo se dio cuenta como los perros salivaban al ponerles un plato de comida y a partir de ahí realizó esta investigación. Pavlov, cada vez que iba a ponerle la comida al perro hacía sonar una campana, de manera que el perro acabó asociando el sonido de la campana con la comida. Por lo que, cada vez que el perro escuchaba la campana salivaba, independientemente de si había comida o no.
Es decir, el condicionamiento respondiente lo que quiere conseguir es que otro estímulo que anteriormente no provocaba la respuesta incondicionada tenga la capacidad de hacerlo. El estímulo neutro se empareja o asocia con el estímulo incondicional.
Principios básicos del condicionamiento respondiente
Existen tres fases básicas de este condicionamiento, las cuáles aparecen en el procesos que se inicia cuando se aplica esta técnica.
Antes del acondicionamiento
La primera fase de este proceso requiere un estímulo que provoque una respuesta. Por ejemplo, vamos a poner que este estímulo es tu plato de comida favorito y tu respuesta espontánea es salivar. Es decir, durante este proceso lo que queremos conseguir es que la respuesta sea una respuesta no condicionada.
Añadimos a esta fase un estímulo neutral que todavía no obtendrá respuesta. Cuando este comience a relacionar el estímulo no condicionado es cuando lo dará como respuesta. Es decir, el estímulo neutro será el sonido una campana que intentaremos relacionar con la respuesta de salivar.
Durante el acondicionamiento
La siguiente fase del proceso es en la que el estímulo neutral se empareja con el estímulo no condicionado. Por ejemplo, relacionar el sonido de una campana con salivar como si viniera la comida, ya que, en el proceso se intenta que cada vez que nos sirvan comida escuchemos el sonido de la campana.
Lo que sucede con esto es, que tras repetidas ocasiones, acabaremos relacionando el sonido de la campana con la respuesta automática que produce nuestro cerebro al saber que la comida es nuestro plato favorito.
Después del acondicionamiento
La última fase del proceso, corresponde a la tercera fase. Es el momento en el que el proceso está casi finalizado, es decir, la persona han conseguido asociar el estímulo no condicionado con el estímulo condicionado.
Es decir, en esta parte de proceso se ha conseguido que la persona aprenda a dar como respuesta el estímulo neutral. Para verlo más claro, sigamos con el ejemplo, la persona ha aprendido que cuando suena el sonido de la campana va a comer su comida favorita y salivara pese a que la comida no llegue nunca.
Principios clave del condicionamiento clásico
Los principios básicos que podemos encontrar en la teoría del condicionamiento clásico o respondiente son:
- Adquisición: es el primer principio y la etapa inicial del aprendizaje. Este lo podemos ver cuando una respuesta se establece por primera vez.
- Extinción: se produce después de que desaparezca o disminuya la respuesta condicionada.
- Recuperación espontánea: este principio se da cuando reaparece la respuesta condiciona tras un período de descanso.
- Generalización del estímulo: es cuando la tendencia del estímulo condicionado es dar respuestas similares después de que la respuesta haya sido condicionada.
- Discriminación del estímulo: capacidad de diferenciar entre el estímulo condicionado y otros estímulos que no se han asociado con un estímulo condicionado.
Condicionamiento respondiente aplicado a la psicología
El condicionamiento respondiente o clásico a la hora de aplicarlo en la psicología se utilizan diferentes técnicas en función de los objetivos que cada profesional quiera alcanzar. La más destacadas son:
- Inundación: esta técnica es aplicada en psicología con el fin de eliminar las respuestas de evitación.
- Terapia aversiva: este tipo de terapias quieren proporcionar un estímulo que no sea agradable para evitar una respuesta. Esto quiere decir, que se emplea el castigo frente a los comportamientos que se quieren evitar.
- Desensibilización sistemática: esta técnica la utilizan los profesionales de la salud mental enfocada a la modificación de la conducta. Trata de manifestar al paciente al estímulo estresante con el objetivo de eliminar la respuesta no deseada.
- Contracondicionamiento: una técnica aplicada con el objetivo de presentar el estímulo que provoca la respuesta que queremos evitar acompañado de un estímulo positivo. Esto hace que las personas no lo perciban como una amenaza.