Cuando hablamos de inteligencia emocional nos referimos al desarrollo de la capacidad de identificar, de manera adecuada nuestras propias emociones y las de los demás, utilizando este conocimiento a nuestro favor mejorando la capacidad de comunicación y el bienestar general.
Al pensar en el término “inteligencia” no es extraño que nos vengan a la mente ideas como “matemáticas”, “física”, “ecuaciones”, “derivadas”, “espacial”, etc. Y es verdad que la inteligencia, en los últimos años se ha convertido en un área de gran interés, pues se sabe que no es inamovible, esto es, que no naces con ello (o no) y has de convivir encadenado a la circunstancia que te haya tocado, sino que, como bien describía Howard Gardner, la inteligencia son muchas y muy variadas, y en cierto punto todas se pueden mejorar.
La inteligencia emocional, por lo tanto, se puede adquirir. Con el conocimiento adecuado y una práctica regular, es muy posible que en menos de lo que te imaginas te sientas mucho más seguro con lo que sientes, con quién eres, con cómo ves el mundo y comprendes a los demás y poder utilizarlo para tu bienestar personal.
En este post te proponemos cinco pasos sencillos para que comiences a trabajar en ello cuanto antes y puedas empezar a ver resultados. ¿preparado/a? Allá vamos.
El punto que te proponemos es el AUTOCONOCIMIENTO, este punto nos ayuda a conocernos mejor a nosotros/as mismos/as, saber quienes somos, de dónde venimos, cuáles son nuestras emociones más comunes y por qué, nuestros deseos, nuestros puntos débiles y nuestra dirección en el futuro, nos será de gran ayuda para multiplicar de manera exponencial nuestro potencial. El segundo punto de trabajo será el AUTOCONTROL. Desarrollar la habilidad de identificar y manejar de manera madura y adecuada de nuestras emociones es de mucha utilidad para saber cómo trabajar con ellas en la mejor dirección. En tercer lugar, encontramos la MOTIVACIÓN, saber cómo automotivarnos incluso en los momentos más desagradables es muy relevante en el mantenimiento de rutinas (como el deporte o los hábitos de alimentación) o, incluso, en nuestro día a día, va a ser clave de éxito. En cuarto lugar, situamos la EMPATÍA, porque no solo necesitamos ahondar más en nosotros/as mismos/as, sino que es de vital importancia que seamos capaces de ponernos genuinamente en la piel de los demás, un buen desarrollo de esta faceta será troncal en nuestras relaciones interpersonales. Y por último, pero, por supuesto no menos importante, encontramos la adquisición de variedad de HABILIDADES SOCIALES, poseyendo multitud de herramientas que nos posibiliten mostrarnos tal y como somos en diferentes grupos sociales y con distintas ideologías, pero de manera adecuada, respetuosa y confiable. Sin duda, un buen manejo de estos cinco puntos clave te ayudará a mejorar no solo tu bienestar interno sino el de tu entorno, haciendo de tu presente un momento más dulce y de tu futuro un proyecto que te apetecerá experimentar.
Esperamos que este post te haya sido de ayuda, pero sobretodo, que te haya sido de utilidad.
¡Hasta la próxima!